Al igual que en un organismo vivo, donde cada célula y órgano cumple una función específica y vital para el funcionamiento del todo, cada departamento, área o empleado en una empresa tiene una función clave que contribuye al éxito general de la organización.
Al igual que en un organismo vivo, cuando una parte de la empresa no está funcionando correctamente, tiene efectos negativos en el desempeño del conjunto.
Por ejemplo, si un departamento no está trabajando eficientemente, esto puede afectar la producción de la empresa y, por lo tanto, su rentabilidad.
Al igual que un organismo vivo, una empresa también necesita alimentarse, en este caso de recursos, inversiones y capital humano, para crecer y desarrollarse adecuadamente.